QUE DIOS AYUDE MI INCREDULIDAD

QUE DIOS AYUDE MI INCREDULIDAD.

Marcos 9:23. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.”  

La primera petición que el padre hizo para que su hijo quedara sano fue: sana a mi hijo.  Pero los discípulos no pudieron sanarlo.  El Señor comienza a hablarle y le dice que aquella sanidad podía darse, y la oración de aquel padre ahora cambia de lugar, y ya no era por sanidad, sino: ayuda mi incredulidad.  

Aquel día hubo dos milagros.  Si este hombre no hubiera pedido ser sano de incredulidad, Jesús hubiera sanado al hijo comoquiera.  Jesús preguntó qué pasaba, y después que Jesús se metía en algo, lo solucionaba.  Así que aquel muchacho iba a quedar completamente sano, pero de qué servía que el muchacho quedara sano y el padre siguiera siendo incrédulo.  Y te preguntarás cómo, después de un milagro, alguien puede quedar incrédulo, pero el pueblo de Israel eran dos millones de personas que por cuarenta años vieron milagros y no creyeron.  

Pero aquí hay dos milagros: 

  • se quita la incredulidad de un hombre;
  • Y se quita la enfermedad que había atormentado a aquel joven por tanto tiempo.  

¿En tu oración  debes incluir por lo menos tres cosas:?   

  1. Abre mis ojos; 
  2. Aumenta mi fe;
  3. Ayuda mi incredulidad.  

Si te encierras y dices que jamás lo volverás a intentar, te vas a perder de oportunidades que Dios tiene para ti.  Y para ser libre de eso, no hace falta amor, sino fe.  Afuera el mundo no esta falto de amor, sino de fe. 

Pídele a Dios que ayude tu incredulidad.  Que tu experiencia de extremos no te haga un ser incrédulo, que tu experiencia no te haga un ser incrédulo.  

Aquel día hubo dos milagros: el muchacho quedó sano, pero el padre quedó libre de la incredulidad.  

Pero tú no puedes pasar toda tu vida dudando de todo el que está a tu alrededor.  Pídele a Dios: Señor, quita mi incredulidad.  Que tú puedas ver a la gente con los ojos que Dios los ve, que todavía tú tengas fe, aunque has caído en extremos y has estado de un lugar a otro, que creas que todavía hay respuesta para tu vida. 



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